"La Bellísima"
Fue una soprano estadounidense, sus padres eran italianos y fue muy famosa durante los años 1960, tenía una voz muy pura y era muy bella, por eso la llamaban la bellísima.
Es interesante que a Anna le ofrecieran ir a Hollywood a hacer cine, propuesta que ella rechazó porque tenía intenciones de ser monja, sin embargo no está en su destino dedicar su vida a eso, recibe una beca del Instituto de Música de Curtis que la llevó a trasladarse a Filadelfia para poder realizar sus estudios. Al tiempo después ganó el premio Young Artists Audition y una beca en el Conservatorio de Santa Cecilia en Roma.
Si bien la voz de Anna no era potente, sí era cálida y rica, con suaves tonalidades pastel y unos graves aterciopelados. Una ágil técnica de coloratura le permitía interpretar soberbiamente repertorios para soprano de bel canto, en especial Lucia di Lammermoor. Anna poseía una concienzuda preparación musical, ya que había estudiado piano, viola y canto.
Anna debutó en 1955 en el papel de Norina en Don Pasquale de Donizetti, en Spoletto Italia, al año siguiente se presenta en una producción de televisión de Madamma Butterfly de Puccini, bajo la dirección de Mari Lanfranchi quien luego en las vueltas del destino se convertiría en su marido en el año 1957. Ese mismo año Anna debutó en La Scala en Flastaff de Verdi y en los EE.UU con la ópera Lírica de Chicago en el papel de Mimí de La Bohéme.
Esta cantante lírica, llegó al Metropolitan en el año 1959 con el rol de Violetta de la Traviatta y cantó nuevamente en este teatro en la temporada de 1960 al 61 en los roles de Gilda de Rigoletto, Adina del L´elisir d´amore y Liú de Turandot, junto a Brigit Nilsson y Franco Corelli. Grabó con la gran María Callas La Bohéme en el papel de Musetta.
En el año 1972 se divorció de Lanfranchi casándose con el señor Robert Snarnoff en 1974, a finales del 1970, Anna abordó personajes más pesados de Verdi, como Leonora (Il Trovadore) y Lina (Stifflio).
Aunque la carrera de Moffo comenzó esplendorosamente, su voz decayó poco antes de cumplir los 40 años. A finales de los años sesenta, su voz empezó a fallar, fue así que decidió acudir a la profesora de canto Beverly Johnson para volver a poner a punto su voz. El trabajo tuvo cierta compensación: su carrera prosiguió discretamente.
Moffo fue una cantante deliciosa y una artista atractiva que huyó de una carrera tradicional para llegar al gran público. "A lo mejor no les gusta lo que hago", declaró en una entrevista en 1972, "pero no podrán decir que soy una sosa".
